Noticias Coachella Valley

Veteranos: La Inspiradora Historia de Abel Chavoya y Su Lucha Continua

La historia de Abel Chavoya: un veterano que aún libra su guerra

Con el Día de los Veteranos a la vuelta de la esquina, las historias de sacrificio y resiliencia cobran un nuevo significado. Entre ellas destaca la de Abel Chavoya, un veterano del Ejército de Estados Unidos que sirvió durante 15 años y participó en las guerras de Irak y Afganistán. Su testimonio revela no solo las heridas visibles de la guerra, sino también las batallas silenciosas que muchos veteranos enfrentan al regresar a casa.


Un llamado al deber desde los 17 años

A los 17 años, Abel decidió seguir los pasos de su padre y su hermano, ambos miembros del Ejército. Con determinación, se enlistó y se formó como paramédico militar, una labor crucial en medio del caos bélico. Durante sus misiones en Irak y Afganistán, Chavoya vivió momentos que marcarían su vida para siempre.

“Mi Humvee fue alcanzado por una bomba, y eso me desplazó tres vértebras, me rompió los ligamentos del hombro, me dañó la rodilla… quedé prácticamente sin movilidad”, recuerda Abel.

La explosión lo dejó inmovilizado por meses. Desde el cuello hasta los pies, su cuerpo no respondía. Sin embargo, con la ayuda de un amigo de las Fuerzas Especiales, logró lo impensable: aprendió a caminar de nuevo, paso a paso.


Las cicatrices invisibles del servicio

Entre 2007 y 2011, Chavoya fue desplegado en múltiples misiones. Pero las heridas físicas no serían las únicas que marcarían su vida. Durante una de sus estancias en Afganistán, uno de sus compañeros se quitó la vida, un hecho que lo golpeó profundamente.

“He tenido muchos recuerdos, flashbacks… todavía siento la sangre de mi compañero cuando lo hirieron junto a mí. No puedo dormir si no hay ruido, porque allá dormíamos con música pesada y bombas cayendo”, confiesa.

Al regresar a casa, Abel enfrentó una guerra diferente: la del trastorno de estrés postraumático y el dolor físico persistente. Lo que para muchos significaba el fin del combate, para él fue el inicio de una larga lucha por recuperar la estabilidad emocional.


El precio del sacrificio y la importancia del apoyo

Hoy, Abel continúa en tratamiento médico y psicológico en El Paso, donde forma parte de un programa especializado para veteranos.

“A veces siento que sigo allá. Que nunca regresé realmente. Pero gracias a la terapia y al apoyo ya me siento mejor,” afirma con esperanza.

Su mensaje es claro: los veteranos necesitan más que palabras y homenajes anuales.

“No solo nosotros debemos ser reconocidos, también nuestras familias. Ellos viven las consecuencias con nosotros, cargan con las ausencias y con nuestras batallas internas.


Más allá del uniforme

El testimonio de Abel Chavoya es un recordatorio de que la verdadera guerra no siempre termina cuando el soldado baja las armas. Muchos veteranos siguen enfrentando secuelas físicas y emocionales que duran toda la vida.

En este Día de los Veteranos, su historia nos invita a mirar más allá de los desfiles y las medallas, y a reconocer la humanidad, el dolor y la fortaleza que habitan detrás de cada uniforme.


Original source: Noticias El Paso

By Fernanda Ponce
9 Nov, 2025

Album Art
Loading...
Select a Station