Senadores lograron un acuerdo preliminar para reabrir el gobierno federal, marcando un paso clave hacia el fin del cierre más largo en la historia del país. El plan obtuvo apoyo bipartidista en una votación procesal de 60 a 40 y, de aprobarse completamente en el Senado y la Cámara de Representantes, financiaría al gobierno hasta finales de enero. Además, asigna fondos al Departamento de Agricultura hasta septiembre, lo que garantiza que los beneficios alimentarios del programa SNAP continúen sin interrupciones, una preocupación creciente durante el cierre.
El acuerdo también revertiría los despidos causados por el cierre y aseguraría el pago retroactivo para todos los empleados federales afectados. Sin embargo, ha generado tensiones dentro del Partido Demócrata porque no incluye extensiones de los subsidios del Obamacare, que expiran este año. El senador Bernie Sanders advirtió que, sin esos subsidios, más de 20 millones de personas podrían ver aumentos significativos en sus primas de salud. Aun así, los demócratas que respaldaron el acuerdo dijeron que intentar vincular el financiamiento del gobierno con el tema de salud ya no era efectivo.
Aunque el presidente Trump y líderes republicanos expresaron optimismo sobre poner fin al cierre, la aprobación final sigue en duda, ya que varios demócratas de la Cámara han manifestado su oposición al acuerdo alcanzado en el Senado.
