San Diego, CA – A sus 17 años, Mariana Guardián es madre de Romeo, de tres años. Su historia, como la de muchas madres adolescentes, comenzó de manera inesperada. Un embarazo no planeado que, hoy, considera su mayor bendición.
“Tuve a mi hijo a los 14 años; no fue algo que esperaba, pero las cosas suceden por una razón”, confiesa Mariana.
Ser madre tan joven trae consigo transformaciones drásticas: el compromiso con la escuela, nuevas responsabilidades, la falta de recursos y, paradójicamente, momentos de soledad. Sin embargo, tanto Mariana como muchas otras jóvenes madres encuentran en sus hijos una fuente inagotable de motivación y fuerza.
“Es hacer lo imposible para sacar a mi hijo adelante”, afirma Mariana.
Una Cifra Con Rostro
En California, la tasa de natalidad adolescente se sitúa en 10 nacimientos por cada mil jóvenes. Entre las hispanas, esta cifra casi se duplica. En San Diego, a pesar de la disminución de estas cifras, los retos son palpables: vivienda, seguridad, transporte y alimentación.
“Es difícil porque casi no hay los recursos que necesitamos, como vivienda y comida. Es complicado acceder a estos recursos siendo menor de edad y madre soltera, pero con Dios a mi lado, todo es posible. Young Lives y mi iglesia me han ayudado significativamente… Aprendí a llevar mi carga con más ligereza. Ser una madre presente es lo que puedo ofrecerle a mi hijo”, comparte Mariana.
No obstante, la necesidad más grande es el apoyo emocional. Para muchas de estas jóvenes, no solo son necesarios los pañales, sino también el sentimiento de no estar solas.
“Yo soy el primer ejemplo que él tendrá, y el único. En mí recaen todas las acciones. Quiero que él vea que estoy esforzándome, para que cuando crezca diga: ‘Mi mamá sí estuvo ahí por mí’”, dice Mariana.
Se trata de contar con alguien que las escuche, que las acompañe y oriente. Esto es lo que encuentran en Young Lives, una organización que apoya a padres adolescentes menores de 21 años, brindando no solo recursos, sino también mentores que las guían en cada paso.
Yvette García, mentora en Young Lives, tiene un conocimiento profundo de estas historias: “Muchos de los padres con los que trabajamos viven en situaciones de vulnerabilidad. Algunos están sin hogar o en refugios, y no saben qué realizar. A menudo, duermen en casas de amigos, y eso es muy duro”, comenta.
Para Linda Jiménez, quien se embarazó a los 16 años, la mayor riqueza no ha sido lo material, sino la compañía de mentoras y el sentido de pertenencia.
“Young Lives cambió mi vida porque antes de entrar, me sentía aislada y muy deprimida… Una vez que empecé a contactar con otras mamás, sentí que encajaba. Me ayudó a romper la burbuja de aislamiento,” relata Linda.
Isabella Rodríguez, a sus 17 años, ha encontrado en Young Lives una comunidad comprensiva, un espacio donde es apoyada y no juzgada.
“Es reconfortante conectar con un grupo de chicas que comprenden mi situación; todas vivimos experiencias similares y me alivia saber que no estoy sola en esto… Me doy cuenta de que ser una buena mamá no depende de las opiniones ajenas”, afirma Isabella.
La mayoría de las madres adolescentes en California son latinas. Aunque las estadísticas han disminuido, organizaciones como Young Lives reportan un creciente número de jóvenes buscando ayuda, no solo por necesidades básicas, sino también por apoyo emocional y redes de acompañamiento personal.
Yvette García ha sido testigo del impacto: “Han conseguido hogares de bajos recursos, pañales y también la mentoría. He asistido a graduaciones e incluso estuve presente en el parto de una de las mamás porque estaba sola”, menciona.
Si bien cada historia es única, todas comparten el deseo de avanzar, proporcionar un futuro mejor a sus hijos y enfrentar este reto unidas. Yvette es un claro ejemplo; ahora es mentora, pero también vivió esa lucha.
“Decidí ser parte de Young Lives porque también fui madre adolescente y no conté con apoyo. Creo firmemente que si lo hubiera tenido, mi vida sería diferente”, comparte Yvette.
Sin embargo, hay un hilo común en sus historias: el espacio seguro que han encontrado en Young Lives y la certeza de que siempre habrá una mano dispuesta a acompañarlas.
“Con este programa siempre hay espacio para una más, siempre”, concluye Mariana Guardián.

Original source: Noticias San Diego
By Diane López
20 Nov, 2025





