San Diego, CA – Gladys Martínez, una mujer cubana de 63 años diagnosticada con Parkinson, vivió un día que quedará grabado en su memoria: el 19 de septiembre de 2025, un giro inesperado y doloroso en su vida.
Con 45 años residiendo en Estados Unidos, Gladys llegó caminando “perfectamente” al edificio federal en el centro de San Diego para actualizar su orden de supervisión, un trámite que había considerado rutinario.
“Llegué al edificio caminando perfectamente, sin tener problemas”, relató Gladys Martínez. “Yo pensé que al llegar era hablar con el oficial, firmar los papeles donde yo vivía”, añadió.
No obstante, lo que siguió fue una experiencia desgarradora. Según su testimonio, la situación se tornó crítica, llevándola de esperar un trámite administrativo a salir en silla de ruedas.
Martínez afirma que la dejaron esperando sentada hasta alrededor de las 5:00 p.m., momento en que su salud deterioró rápidamente.
“Ahí fue cuando yo caí. La primera vez que ya no podía más y volví a caer, ya no podía caminar. Los oficiales llamaron a la ambulancia y me llevaron a un hospital en Coronado. En ese hospital me atendieron, pero posteriormente continué cayéndome, requiriendo visitas a otros centros médicos”, afirmó Martínez entre lágrimas.
Durante esta angustiante experiencia, Gladys perdió el control de sus piernas y, crucialmente, no recibió la medicación necesaria para el Parkinson.
Según su testimonio, “me caí varias veces al suelo, y ahí fue cuando ya no podía más. Dios me entiende. Volví a caer y ya no podía caminar”, recordó.
Al final, la ambulancia la trasladó al hospital en Coronado, pero su situación seguía siendo crítica, lo que requirió traslados adicionales a otros hospitales.
Tres Semanas y Media en Detención
Tras recibir atención médica, Gladys fue trasladada al Centro de Detención de Otay Mesa, donde permaneció por casi tres semanas y media, hasta el 31 de octubre.
“Desde el 19 de septiembre, estuve cerca de tres semanas y media. Me enviaron a Otay Mesa hasta el 31 de octubre. Lo que vi allí fue terrible, había mucha discriminación”, comentó Martínez.
A pesar de las dificultades de movilidad y la discriminación que afirma haber enfrentado, Martínez se mantuvo “tranquila para seguir adelante”.
A pesar de su calvario, Gladys Martínez no busca compensación económica. Su único pedido es que su caso sea escuchado, provocando cambios para otros migrantes que, como ella, han sufrido.
“Yo no busco una demanda. Lo que deseo es que entiendan que todos los latinos que estamos aquí no somos un problema”, enfatizó Martínez. “Venimos de países enfrentando mucho sufrimiento”, concluyó.

Original source: Noticias San Diego
By Diane López
20 Nov, 2025


