VIH en Kansas: El Estigma y los Avances en el Tratamiento Según Expertos de Wichita

Por Karen Gutierrez, Univision
Wichita, Kansas – 2 de diciembre de 2025

Cada 1 de diciembre, el mundo recuerda a las más de 32 millones de personas fallecidas por enfermedades relacionadas con el sida desde el inicio de la epidemia. En Wichita, esta fecha tiene un significado especial para la doctora Donna Sweet, una de las figuras más influyentes en la atención y tratamiento del VIH en Kansas, quien ha dedicado más de cuarenta años a combatir el virus desde la primera línea médica.

Sweet, profesora de medicina interna en la University of Kansas School of Medicine-Wichita, comenzó a tratar a pacientes que vivían con VIH en 1983, un periodo marcado por la incertidumbre, el miedo y la ausencia total de tratamientos eficaces.

“Fue una época de tristeza y duelo porque la gente enfermaba, no teníamos tratamiento y no sabíamos qué lo causaba”, recordó. “Había mucho estigma, mucha discriminación, y casi todos morían dentro de los primeros seis meses”.

Una historia marcada por el estigma y el dolor

Los primeros años de la epidemia fueron especialmente devastadores. Los médicos observaban cómo pacientes jóvenes, previamente sanos, morían en cuestión de meses. El desconocimiento generaba miedo tanto en la población como en el propio personal médico. Para muchos, el diagnóstico era sinónimo de una sentencia inevitable.

Sweet recuerda esa etapa como una de las más complejas de su carrera, pero también como un impulso para dedicar su vida a la investigación, la educación y el acompañamiento de personas que viven con el virus.

Con el tiempo, a medida que la ciencia comenzó a comprender mejor el VIH y su transmisión, el estigma empezó a disminuir. Las campañas públicas y la mejora en las pruebas de detección fueron clave para transformar la narrativa.

Pruebas, educación y acceso a tratamiento

Hoy en día, los expertos enfatizan la necesidad de mantenerse alertas. Aunque los tratamientos han evolucionado, el virus puede ser asintomático por largos periodos, lo que hace que la detección temprana sea fundamental.

“Hacerse la prueba del VIH es crítico para mantener una buena salud, especialmente para las personas en grupos de alto riesgo, pero realmente para todos”, señaló Michelle Scheuring, directora del programa Ryan White en la KU School of Medicine. “Todos deberían hacerse una prueba de VIH al menos una vez en la vida”.

El Ryan White Program, un programa federal, brinda tratamiento y educación sobre el VIH a estadounidenses de bajos recursos. Gracias a iniciativas como esta, miles de personas han podido acceder a medicamentos, atención especializada y apoyo continuo.

Avances médicos que han cambiado el rumbo del VIH

Los avances científicos desde los años ochenta han sido enormes. Terapias antirretrovirales altamente efectivas permiten hoy que las personas con VIH mantengan cargas virales indetectables, lo que no solo mejora su calidad de vida, sino que también reduce significativamente el riesgo de transmisión.

Sweet destaca que estos logros representan una transformación drástica en comparación con los inicios de la epidemia. “Hemos logrado avances tremendos desde entonces en términos de comprender cómo funciona la enfermedad, qué es y quién sucumbe a ella”, dijo.

Su clínica en Wichita atiende a cientos de pacientes con VIH, muchos de los cuales llevan una vida estable gracias a los tratamientos modernos. Sin embargo, advierte que persisten barreras, especialmente en torno al estigma, la discriminación y la falta de educación en comunidades vulnerables.

Un llamado a la acción en el Día Mundial del Sida

El Día Mundial del Sida no solo es una fecha de memoria, sino también de compromiso. La doctora Sweet y expertos en salud pública insisten en que la lucha continúa: la prevención, el acceso a las pruebas y los tratamientos siguen siendo esenciales para reducir las nuevas infecciones.

Esta fecha también sirve como un recordatorio poderoso sobre la resiliencia de quienes han vivido con el virus y sobre el trabajo incansable de profesionales que, como Sweet, se han mantenido años en la primera línea de combate al VIH.

Mientras Wichita y el mundo reflexionan sobre lo logrado y lo que aún queda por hacer, el mensaje central permanece claro: el VIH ya no es una sentencia, pero la lucha contra el estigma y la inequidad continúa.