La Basílica de Guadalupe en Monterrey enfrenta un cambio significativo con la reciente prohibición de bocinas, afectando particularmente a los conocidos gritones de las colchas. Esta decisión, implementada por las autoridades locales, busca regular el ruido y preservar el ambiente espiritual del lugar.
Los gritones, que han sido parte de las tradiciones locales durante décadas, utilizan bocinas para atraer la atención de los fieles hacia sus coloridas mercancías. Sin embargo, con las nuevas regulaciones, están sintiendo el golpe de esta prohibición en su capacidad para hacer negocios, lo que ha generado una mezcla de respuestas en la comunidad.
Algunos ciudadanos apoyan la medida, argumentando que contribuye a un ambiente más tranquilo y respetuoso. Por otro lado, los comerciantes expresan su preocupación por el impacto que esto podría tener en sus ingresos y en la vibrante tradición que han mantenido.
El debate continúa, pues muchos en Monterrey cuestionan si la regulación del ruido es necesaria o si se debería buscar un equilibrio que permita la actividad comercial sin sacrificar el ambiente de reverencia que la Basílica representa.
Este tema ha capturado la atención de medios locales y ciudadanos, destacando la importancia de la tradición en la cultura regiomontana y el desafío de adaptarse a nuevas normativas. A medida que se desarrollan las conversaciones, los gritones de las colchas esperan que se pueda encontrar una solución que apoye tanto a la comunidad como a sus negocios.
Es esencial seguir monitoreando esta situación, ya que refleja cambios más amplios en la formulación de políticas urbanas y la gestión del patrimonio cultural en Monterrey.
Con el apoyo adecuado, es posible que los gritones puedan continuar con su legado mientras se adaptan a un entorno más regulado, garantizando que las tradiciones puedan seguir vivas.
Por Telediario
5 Dec, 2025
