El Poder del Arte Latinoamericano: Un Mural Fronterizo en Playas de Tijuana

Tijuana, BC – En Playas de Tijuana, donde el muro fronterizo sirve como un recordatorio constante de separación y dolor, este fin de semana se convirtió nuevamente en un lienzo vibrante. Muralistas de México, Colombia y Argentina se reunieron para transformar esta estructura en una obra que evoca identidad, memoria y migración.

A través de su arte, los creadores buscan quebrar la frialdad del metal y enviar un poderoso mensaje de unión en una región marcada por la desigualdad y el dolor de las ausencias.

Joel Pérez Hernández, un artista mexicano originario de la selva Lacandona en Chiapas y fiel representante de la etnia tzeltal, es el único participante nacional en este proyecto colectivo que une a creadores de diferentes países latinoamericanos.

“Mi nombre es Joel Pérez Hernández, y soy de Chiapas. Nací en la selva Lacandona, municipio de Ocosingo, pertenezco a la etnia tzeltal, aunque actualmente vivo en San Cristóbal de las Casas”, relata el artista mientras se encuentra frente al muro.

Joel comparte su relación personal con las fronteras, recordando su infancia en las aguas de los ríos Usumacinta y Suchiate, que dividen México y Guatemala, y la de Playas de Tijuana, donde una robusta estructura metálica separa oficialmente a dos países y, de forma simbólica, a miles de familias.

“Vivir en estos territorios que al final son fronteras… allá lo delimita una frontera natural. Y aquí es una barrera física construida por el gobierno estadounidense”, comenta Joel.

El muro no se presenta como un lienzo común; su superficie es desigual y no fue diseñado para inspirar belleza. Pintarlo presenta un desafío tanto físico como simbólico.

“No se trata de un lienzo plano, sino de vigas metálicas. Para la creación del diseño, debíamos considerar los espacios vacíos y la estructura de los barrotes”, explica Joel.

Además, la altura del muro representa un obstáculo adicional.

“Estoy acostumbrado a la altura de los árboles de la selva, y aquí es completamente diferente”, menciona Joel.

Impresiones Inmediatas

Al proyecto se unieron dos muralistas colombianos y la artista argentina Leila Monse, quien visitó por primera vez la frontera entre México y Estados Unidos.

“Esta frontera tan violenta y teatral es una demostración de poder”, afirma Monse al observar el muro por primera vez.

Su propuesta artística dialoga con las raíces de América Latina: dos serpientes que representan a Kukulcán y Quetzalcóatl, figuras presentes en múltiples culturas mesoamericanas. Sus cuerpos estarán llenos de texturas que evocan la diversidad del continente.

“Representando diferentes culturas y al mismo tiempo esa permeabilidad del muro… no solo física, sino simbólica. Porque esto divide una región que es un territorio único; no termina una cultura en una línea trazada en un papel”, acotó Monse.

Este mural se suma a otras obras que han aportado color y vida a esta franja fronteriza, como “Abrazo Mutuo”, una de las piezas más emblemáticas de la zona.

A pesar de las recientes lluvias que han retrasado el progreso, los artistas esperan finalizar la obra este fin de semana.

Pese a su origen como barrera, el muro en Playas de Tijuana ha evolucionado en un espacio que invita a la memoria, la denuncia y la sanación. Con esta intervención colectiva, vuelve a contar una historia diferente: la de un continente que, a pesar de sus heridas, sigue encontrando formas de unirse.