Tilapia en el Desierto: Innovación Acuícola en Samalayuca, Chihuahua

SALAMAYUCA, México — A solo 40 kilómetros de la frontera Juárez-El Paso, se encuentra el poblado de Samalayuca. Este lugar es conocido no solo por sus dunas de arena sílice, únicas en el mundo, sino también por su capacidad de producir hortalizas de calidad mundial, como las calabacitas. Sin embargo, pocos saben que en este desierto también hay tilapia.

“Tenemos mojarra tilapia. Nosotros compramos los alevines; vienen de medio gramo, más o menos, y los mandan desde Jalisco. La siembra se tiene que hacer pasando el invierno; normalmente, nosotros comenzamos el primero de marzo para poder sembrar. Dura un periodo de seis meses de engorda para poder sacarlo a consumo”, explicó un productor local.

Los agricultores de la región han estado trabajando durante años en granjas de carpas, con el objetivo de ofrecer a los residentes de Juárez y El Paso pescado fresco de la mejor calidad.

“Sabes que los clientes principales son la gente del sur que vive en Ciudad Juárez: de Veracruz, Oaxaca, Chiapas. Ellos buscan pescado fresco, y cuando anunciamos que hay venta, vienen inmediatamente; traen sus hieleras y cubetas para llevárselo”, añadió otro productor.

Es común que familias de Ciudad Juárez y El Paso visiten Samalayuca durante el fin de semana, no solo para disfrutar de la naturaleza, sino también para adquirir pescado fresco, listo para preparar en una reunión familiar.

“Hemos enfrentado retos. Hemos aprendido mucho, pero hemos tenido buenos resultados. Nos alegra ver a nuestros clientes contentos al llevarse sus peces para preparar”, expresó un criador.

A pesar de las dificultades, que requieren un esfuerzo constante para asegurar que los peces se desarrollen sanos y grandes para el consumo humano, las granjas acuícolas de Samalayuca están ganando popularidad. Este año, se espera superar las 8 toneladas del producto, equivalentes a más de 24 mil peces.

Los criaderos de peces se están consolidando como una nueva opción económica en el desierto de Samalayuca. Sus habitantes, acostumbrados a lidiar con las adversidades del clima, ahora tienen como objetivo ofrecer pescado fresco a la frontera durante toda la temporada.