
Por: David Goldman y Elisabeth Buchwald | CNN
El presidente Donald Trump, ante los crecientes retos de asequibilidad en el país, ha nuevamente propuesto una solución llamativa: enviar cheques de reembolso de aranceles a los ciudadanos estadounidenses. Esta propuesta surge en un momento en que la economía enfrenta presiones de inflación y costos elevados de vida.
“¡Quienes se oponen a los aranceles son unos tontos!”, publicó Trump en Truth Social el domingo. “Se pagará un dividendo de al menos US$2,000 por persona a todos (¡sin incluir a las personas de altos ingresos!).”
La promesa, si bien audaz, trae consigo varias complicaciones significativas.
Trump ha mencionado esta idea en repetidas ocasiones. En agosto, sugirió que se podría destinar una parte de los ingresos arancelarios recaudados para beneficiar a los estadounidenses. “Estamos recaudando tanto dinero que podríamos hacer un dividendo al pueblo estadounidense”, afirmó en ese momento.
Aunque los importadores son inicialmente responsables de los aranceles, estos costos extra generalmente se trasladan a los consumidores, lo que implica que los estadounidenses están, en parte, pagando por estos aranceles.
La propuesta de Trump recuerda a los cheques de estímulo distribuidos tras la recesión desencadenada por la pandemia, uno durante su primer mandato en 2020 y otro en 2021 bajo la administración de Joe Biden. A diferencia de estos cheques, Trump sugiere que los reembolsos serían financiados por los aranceles recaudados, no con fondos públicos.
No obstante, su asesor económico mostró escepticismo acerca de la viabilidad de los cheques de reembolso. El secretario del Tesoro, Scott Bessent, destacó que no se han presentado proyectos formales para la distribución de ingresos arancelarios. Durante una entrevista en “This Week” de ABC, Bessent señaló que la mención de Trump sobre un pago de US$2,000 “podría adoptar muchas formas”, abarcando, por ejemplo, la compensación por otros ingresos no gravados.
Según el Departamento del Tesoro, durante la administración Trump se recaudaron más de US$220,000 millones en aranceles. Este monto incluye aranceles impuestos por él y otros previos a su toma de posesión.
Es importante considerar que un cálculo aproximado sugiere que el costo de distribuir cheques de estímulo de US$2,000 ascendería a alrededor de US$326,000 millones, superando así los ingresos arancelarios acumulados desde el inicio del segundo mandato de Trump.
Trump ha señalado que buscaría excluir a los estadounidenses de altos ingresos, pero los detalles sobre este límite son vagos. Con un umbral de ingresos de US$100,000, aproximadamente 150 millones de adultos calificarían, lo que costaría cerca de US$300,000 millones, según Erica York, vicepresidenta de política fiscal de la Tax Foundation.
En una reciente publicación en redes sociales, Trump expresó su creencia de que habría suficientes fondos después de los cheques para ayudar a reducir la enorme deuda nacional de casi US$40 billones.
“Todo el dinero sobrante de los pagos de US$2,000 realizados a ciudadanos estadounidenses de bajos y medianos ingresos se utilizará para REDUCIR SUSTANCIALMENTE LA DEUDA NACIONAL”, escribió Trump en Truth Social.
Sin embargo, un funcionario de la Casa Blanca no especificó los criterios para la entrega de los cheques, afirmando que “la Administración está comprometida a usar este dinero para el beneficio del pueblo estadounidense”.
Un factor adicional a considerar es la postura cautelosa de la Corte Suprema respecto al uso de poderes de emergencia por parte del Gobierno para imponer aranceles. Aproximadamente US$100,000 millones de los ingresos totales han sido recaudados a través de este método. Si el Tribunal decidiera en contra del Gobierno, esto podría obligar a la devolución de fondos a las empresas, disminuyendo así la cantidad disponible para los cheques de reembolso.
Además, enviar dinero antes de resolver las implicaciones legales podría complicar el reembolso a los negocios, si el dinero ya ha sido distribuido a los individuos.
La firma de estos cheques sí es problemática, ya que, como se ha visto en ocasiones anteriores, el Congreso debe aprobar el presupuesto. La falta de apoyo necesario para la propuesta de Trump plantea incertidumbres sobre su implementación.
A pesar de la popularidad que han demostrado tener los cheques de estímulo en momentos de crisis, su distribución siempre ha estado ligada a recesiones. En este momento, la economía no está en una situación crítica, lo que añade más complejidad a la propuesta.
Los cheques de reembolso podrían intensificar las presiones inflacionarias en un contexto donde los estadounidenses ya consideran que la inflación y la asequibilidad son sus principales preocupaciones. Esto podría generar resultados que perjudiquen a los hogares y forzar a la Reserva Federal a aumentar las tasas de interés para mitigar los precios al alza, afectando directamente a la base de votantes conservadores de Trump.
Incluso si se aprueban, la distribución de los cheques tomará tiempo; durante la pandemia, el dinero llegó rápidamente solo a aquellos que optaron por el depósito directo, mientras que quienes eligieron cheques en papel enfrentaron un proceso prolongado de hasta 20 semanas.
*The-CNN-Wire
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Original source: Noticias San Diego
By Redacción Entravision
10 Nov, 2025





