Uno de los motores más importantes de la economía de Estados Unidos comienza a mostrar señales preocupantes, y el impacto se siente directamente en los conductores.
Un nuevo informe de JD Power revela que cerca del 14% de las personas que compraron un auto nuevo el mes pasado tenían un puntaje de crédito inferior a 650, el porcentaje más alto de préstamos de alto riesgo en casi una década. Muchos de estos compradores ya luchan por cumplir con sus pagos mensuales, lo que refleja un creciente estrés financiero en todo el país.
De acuerdo con datos de Fitch Ratings, más del 6% de los prestatarios con préstamos automotrices subprime acumularon más de 60 días de atraso en sus pagos este año, la tasa más alta jamás registrada. Como consecuencia, se ha producido un repunte en las incautaciones de vehículos, superando los 1.7 millones de autos embargados en el último año, el nivel más alto desde 2009, según Cox Automotive.
Especialistas explican que esta situación responde a una combinación peligrosa: tasas de interés elevadas, precios récord de los autos y un crecimiento salarial más lento están dejando a muchas familias sin margen para ponerse al día con sus deudas.
El aumento de los impagos no ocurre en aislamiento. También se observa un crecimiento en la deuda de tarjetas de crédito y un repunte en los atrasos hipotecarios, señales claras de que muchos hogares están llegando a un límite financiero crítico.
Economistas advierten que si esta tendencia continúa, podría tener un impacto directo en el gasto del consumidor, que es uno de los pilares fundamentales de la economía estadounidense.
Fuente: NBC Palm Springs
