El USS Gerald R. Ford, reconocido por la Armada de Estados Unidos como “la plataforma de combate más capaz, adaptable y letal del mundo”, está siendo desplegado en el Caribe, mientras la administración Trump intensifica la presión militar sobre Venezuela debido a acusaciones de narcotráfico.
A continuación, se ofrece un análisis de este formidable portaviones y los recursos militares que aportará a las operaciones estadounidenses en la región.
Con un desplazamiento superior a las 100,000 toneladas y una eslora de 1,100 pies (334 metros), el Ford es el buque de guerra más grande jamás construido por Estados Unidos.
Entrando en servicio en 2017, representa el primer buque de su clase, sucediendo a los 10 portaviones de la clase Nimitz, siendo el más antiguo de ellos retirado el próximo año.
El Ford cuenta con una tripulación cercana a las 4,600 personas, incluyendo su ala aérea, lo que representa aproximadamente un 20% menos de personal en comparación con la clase Nimitz. Esta eficiencia se debe a los avanzados sistemas tecnológicos del Ford.
Los avances tecnológicos que hacen del Ford el portaviones más avanzado del mundo incluyen sus dos reactores nucleares, que, aunque sus especificaciones son clasificadas, generan tres veces más potencia eléctrica que los de la clase Nimitz, según la Armada.
Este incremento de potencia permite al Ford operar su sistema de lanzamiento electromagnético de aeronaves (EMALS). Gracias a este sistema, que utiliza imanes en lugar de vapor para lanzar los aviones, el Ford puede levantar aeronaves más rápidamente y con cargas más pesadas, aumentando así el alcance y la letalidad de sus aviones de combate.
Además, el Ford está equipado con 11 elevadores de armas avanzados que también utilizan motores electromagnéticos. Esto les permite trasladar municiones con mayor rapidez desde los cargadores hasta la cubierta de vuelo y cargar los aviones de combate eficientemente.
El buque incluye un sistema de Detención Avanzada de la Armada, que asegura el gancho de cola de los aviones al aterrizar. Este sistema, que es controlado digitalmente, permite una mayor cantidad de despegues y reduce el consumo energético.
La cubierta de vuelo del Ford es aproximadamente cuatro pies (1.2 metros) más ancha que la de la clase Nimitz, y su “isla” (la parte del buque que se eleva sobre la cubierta de vuelo) es más pequeña y está situada más atrás, lo que facilita el manejo de las aeronaves.
Entre los aviones de combate desplegados por el Ford se encuentran los F/A-18, que pueden llevar una variedad de misiles aire-aire, aire-tierra y antibuque, así como bombas guiadas. Su alcance máximo de combate es de 2,011 kilómetros, según la Armada.
El Ford también transporta aeronaves para interferencias electrónicas, control y alerta temprana en vuelo, así como helicópteros y aviones de carga y pasajeros.
Sin embargo, el Ford no cuenta con el caza furtivo más reciente de la Armada, el F-35C, ya que se anticipa que las modificaciones necesarias para integrar este avión de quinta generación se realicen en un futuro mantenimiento aún por determinar.
El proceso de poner al Ford en condiciones de combate fue un desafío para la Armada. A pesar de haber sido puesto en servicio en 2017, no realizó su primer despliegue hasta 2022, debido a dificultades en la resolución de problemas con sus sistemas avanzados.
El barco llevó a cabo su primer despliegue de combate en 2023, un crucero de ocho meses que lo llevó al Mediterráneo oriental, en respuesta al ataque del 7 de octubre llevado a cabo por Hamas contra Israel.
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Original source: Noticias Midland-Odessa
By Erick Castillo
30 Oct, 2025
