El gobierno federal cumplió este viernes tres días paralizado sin que se vislumbre un acuerdo, lo que mantiene a miles de empleados públicos suspendidos y en la incertidumbre sobre cuándo podrán retomar sus actividades.
Aunque el Senado programó votaciones para esta jornada, se anticipa que las propuestas no lograrán avanzar debido al estancamiento de las negociaciones entre demócratas y republicanos.
La tensión aumentó luego de que la administración del presidente Donald Trump analizara la posibilidad de recortes masivos de personal, que podrían afectar a miles de trabajadores. Según fuentes oficiales, el mandatario se reunió el jueves con el director de Presupuesto, Russ Vought, para evaluar posibles recortes a programas federales.
El tema de la salud se mantiene como el punto más conflictivo entre los dos partidos. El líder republicano en el Senado, John Thune, reiteró que estas conversaciones no podrán avanzar hasta que se reabra el gobierno, mientras que los demócratas acusan a Trump de utilizar el cierre con fines políticos.
En medio de este panorama, los empleados federales expresan frustración y señalan sentirse utilizados como “fichas de cambio” en un conflicto que, hasta ahora, no muestra señales de resolverse.





