Un potente sismo de magnitud 6.9 sacudió las costas del centro de Filipinas este martes, y las autoridades locales han confirmado que al menos cinco personas han perdido la vida. El temblor, que generó una gran alarma entre los residentes, plantea un riesgo significativo de réplicas en la región.
El trágico saldo de víctimas se registró principalmente en la isla de Cebú, donde los reportes oficiales revelan que, además de las cinco muertes, otras 147 personas han resultado heridas. Los funcionarios temen que este número podría aumentar a medida que avancen las operaciones de rescate en las próximas horas.
Las escenas de devastación son impactantes. Cuatro cuerpos fueron recuperados de un centro deportivo en San Remigio, que se vino abajo, mientras que un menor perdió la vida al quedar atrapado bajo los escombros en otro lugar del municipio. Los equipos de rescate están trabajando sin descanso, buscando posibles sobrevivientes.
El sismo se originó en el mar, frente a la ciudad de Bogo, a las 21:59, causando serios daños a edificios y carreteras en el norte de la isla, según informó Wilson Ramos, un funcionario local. “Es posible que haya personas atrapadas bajo los edificios colapsados”, declaró a la AFP, añadiendo que las operaciones de rescate están en marcha en las ciudades afectadas, donde la población supera los 90,000 habitantes. Sin embargo, no se ha podido determinar cuántas personas podrían estar desaparecidas tras el colapso de las estructuras.
Tras el temblor inicial de 6.9, el Servicio Geológico de Estados Unidos registró al menos cuatro réplicas, todas con magnitudes de 5.0 o superiores. Esto ha mantenido a la población en un estado de máxima alerta, temiendo nuevos daños y colapsos.
Las autoridades provinciales de Cebú han confirmado el colapso total de un edificio comercial y una escuela en Bantayan, así como daños severos en un restaurante de comida rápida en Bogo y varias carreteras rurales. “Sentimos el temblor en la estación, fue muy fuerte. Vimos nuestro casillero moviéndose de un lado a otro. Nos mareamos un poco, pero todos estamos bien”, comentó Joey Leeguid, un bombero de San Fernando que vivió la experiencia en carne propia. La sensación de pánico se ha apoderado de la isla.
Filipinas, situada en el Cinturón de Fuego del Pacífico, es propensa a terremotos debido a su ubicación geográfica, en una zona de intensa actividad sísmica que va desde Japón hasta el sudeste asiático, abarcando toda la cuenca del Pacífico. Las autoridades han hecho un llamado a la población para que tomen precauciones extremas ante la inestabilidad de las estructuras dañadas y la posibilidad de más réplicas. Actualmente, el enfoque de los equipos de rescate es la búsqueda y recuperación de cualquier persona que pueda estar atrapada bajo los escombros.
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